viernes, 28 de junio de 2013

Ultima noción de Laura (Avellaneda)

Usted Martín Santomé no sabe
cómo querría tener yo ahora
todo el tiempo del mundo para quererlo
pero no voy a convocarlo junto a mí
ya que aún en el caso de que no estuviera
toda muriéndome
entonces moriría 
sólo de aproximarme a su tristeza.

Usted Martín Santomé no sabe
cuánto he luchado por seguir viviendo
cómo he querido vivir para vivirlo
porque me estoy muriendo, Santomé.

Usted, claro, no sabe
ya que nunca se lo he dicho
ni siquiera
en esas noches en que usted me descubre
con sus manos incrédulas y libres
usted no sabe cómo yo valoro
su sencillo coraje de quererme.

miércoles, 26 de junio de 2013

Tengo un mensaje para ti...

Hoy tengo un mensaje para ti, un mensaje que no se puede posponer porque puede que mañana ya nada sea igual, puede que lo olvide, o puede que me arrepienta, sino lo escribo hoy, puede que esta misma noche en mis sueños te vuelva a odiar y de repente mañana será otro día más, en el que intentaré olvidarte, por lo que si el futuro es incierto, que mejor que el presente para decirte y comentarte de la nula importancia que tienen las lágrimas derramadas en tu memoria, lo poco que importa la distancia, lo desbaratado que está el mundo que ya no importan los recuerdos, quiero recordarte que lo que importa sinceramente es que aún sientas amor por mi, que aún cuando mires a mis ojos sientas que el mundo entero cae a tus pies, que tus problemas se disuelven como el inverno en primavera, y que al menos queda una hoja de mi amor en el árbol de tu vida, si tan solo puedes prometerme que no valdrá la pena alejarme tanto, pues al final el lazo que nos une es tan fuerte que volveremos a estar juntos.

Pido mucho, y a la vez poco, me he acostumbrado a resignarme con las migajas de cariño que me brindas, así es mi amor, mucho más grande que yo misma, mucho más grande que la vida que me rodea, no me arrepiento de amarte así, se que es tonto, pero así es el amor, y espero en un futuro mirar atrás y sentirme por primera vez orgullosa, pues habré sido capaz de haber dado todo por alguien, sabré que en mi existe algo más grande que la tristeza, pero mientras el futuro llega, aún tengo este presente, todavía tengo en mi mucho sentimiento, y este mensaje es principalmente para hacerte entender lo mucho que te echo de menos.

viernes, 14 de junio de 2013

Por ti...

Hola,

¿Cómo estás? me siento algo patética escribiendo esto, realmente nunca me imagine a mi misma, escribiendo esas cartas de amor, que no cuadran en la historia, si, así me siento, algo perdida en la historia. Esto lo estarás leyendo después de habernos despedido frente a frente, y probablemente ni siquiera la leas, no lo se, no quiero extenderme mucho, lo siento si lo hago, hay cosas que aunque se quisiera, no se pueden acortar, ni alargar, como estos pocos meses que nos unieron. Si, me descubriste, soy la persona más sensible y romántica del planeta, soy muy frágil y a la vez fuerte, me rompo rápido pero me vuelvo a recomponer de alguna extraña manera, si, me han herido muchas veces, pero aún así le entrego todo de nuevo a la persona que llegue, sin límites, con temores, eso si, pero aún así lo hago.

jueves, 13 de junio de 2013

Una mañana sin pájaros...

Para Valeriano una mañana sin pájaros era inconcebible. Un domingo de primavera Valeriano Cárdenas amaneció por primera vez en la ciudad. Hasta entonces había vivido en el mismo barrio en que nació en un campo del sur de la isla. Acababa de cumplir setenta años y su esposa lo había abandonado porque no era un hombre de Dios, no le gustaba la música ni las reuniones familiares y el único Quijote que conocía le pertenecía al ron Don Q. Cuando le comenzaron los achaques de la reuma sus amigos le sugirieron que se mudara a la ciudad y abandonara la humedad del campo, que eso lo haría sentir mejor. Además, estaría más cerca de los hospitales. Convencido, retiró sus ahorros producto de sus cuarenta años de trabajar como oficial de seguridad en la recepción de una oficina de la autoridad de energía eléctrica, y se compró una casa pequeña en una urbanización. El agente de bienes raíces lo llevo a ver varias, pero aquella casa lo cautivó. No era muy diferente a todas las demás de aquella urbanización que tenía más de treinta años de construida, pero cuando vio la terraza con techo de zinc y el patio con varios árboles frutales  le pareció que aún estaba en el campo y supo que en los días de lluvia cuando el agua repicara sobre el zinc reviviría sus memorias del barrio.

Antes de abrir las cajas pintó toda la casa y las puertas. Le puso sellador al techo para protegerlo de las filtraciones y se aseguró de que las tuberías de agua y las conexiones eléctricas estuvieran en óptimas condiciones.

Quería que fueramos así...

Me he encontrado a mi misma, mirando al horizonte, al vacío, como esas personas dementes que han perdido la cordura, así, tanto que al espejo creo ver otra imagen de la que me refleja la mente, realmente me siento igual a los locos, aquellos que felizmente crean su propio mundo porque cansados de la rutinaria vida cotidiana se aíslan en su mente y empiezan a imaginar un mundo paralelo, es tan real que se lo terminan creyendo, y es ahí donde estoy yo, mirando al horizonte, pero con una mente al cien por ciento en funcionamiento, creando a diario los días, completamente diferentes a la conocida "normalidad".

Con la mirada en blanco, puesta en un punto fijo inexistente, me detuve a intentar observar el atardecer, sola, absolutamente sola, es como esas soledades tan comunes últimamente, donde tienes a muchos a tu lado, pero siempre te sientes solo, de esas; miraba yo el atardecer y parejas pasaban, y empezaba mi imaginación a trabajar, empecé a pensar en su casa, en sus sueños, en su primer beso, en su historia, como él, con todo el corazón en la mano le pidió la primera cita, y ella algo difícil accedía, a veces era al contrario y a veces coincidían, pero siempre lograban la primera cita, salir a tomarse algo, a charlar, me imaginaba como el la hacía reír, y ella perdida en su risa mientras su subconsciente le gritaba lo mucho que le simpatizaba ese muchacho, el la miraba, se sentía grandioso, como era posible que tan hermosa mujer le aceptara la cita, se sentía afortunado, y así todo empezaba.

viernes, 7 de junio de 2013

Sudor

Estuvimos cuatro años de novios con Valeria hasta que empezamos a buscar departamento para irnos a vivir juntos y en la búsqueda infinita me empecé a dar cuenta de que yo rechazaba todos los departamentos que veíamos porque en realidad no quería mudarme con ella. Pero todo lo demás fue felicidad. O casi todo. 

Valeria era hija única, vivía con sus padres cerca del hipódromo de San Isidro en una casa con pileta, minijardín y hasta un cuarto de servicio que no se usaba, junto a la cocina en la planta baja. En ese cuarto dormía yo los fines de semana. Me llevaba bien con mis suegros, a mi suegro le celebraba los asados, a mi suegra los postres y así me hospedaban amablemente desde el viernes a la noche hasta el domingo a la tarde. 

Habían tenido a su hija ya pasados los cuarenta y ahora eran un matrimonio mayor, ya entrados en una especie de plácida menopausia. Me trataban bien, algo distantes, cuidadosos, pero me querían. Si me mantenía durmiendo en ese cuarto en planta baja, más o menos lejos de su hija, me querían. Aunque supongo que sabían que su hija no era virgen, no sé hasta qué punto sospechaban de los cruces nocturnos. Lo cierto es que cuando ya todo estaba en calma y apenas se oía ladrar algún perro de la cuadra a las dos de la mañana, Valeria bajaba y se metía conmigo en la cama. Casi no tengo imágenes de esas noches porque cogíamos con la luz apagada, no por pudor sino para que no nos descubrieran. Pero sí me acuerdo de los sofocones, de los gritos mudos, del jadeo. Nos convertíamos en un monstruo empapado. Valeria fue la primera mujer que me hizo sudar, o la primera por la que estuve dispuesto a agotarme hasta el desmayo. Siempre me pedía más, me pedía que aguantara. A veces poníamos nuestros zapatos bajo las patas de la cama para evitar que la madera rechinara contra el piso de baldosas. Nos pasábamos casi toda la noche del viernes y del sábado chocando el uno contra el otro, estrellándonos. Porque eso era lo que hacíamos, nos estrellábamos. Yo era adicto a sus orgasmos, los necesitaba. Pero a ella le costaba alcanzarlos. Me hacía trabajar. Ella misma me compraba forros texturados y hasta unos que venían con tachas para provocar más fricción. Todos esos forros que se iban por el inodoro, usados y prolijamente anudados‚ al final de la noche. 

miércoles, 5 de junio de 2013

El ciervo escondido

Un leñador de Cheng se encontró en el campo con un ciervo asustado y lo mató. Para evitar que otros lo descubrieran, lo enterró en el bosque y lo tapó con hojas y ramas. Poco después olvidó el sitio donde lo había ocultado y creyó que todo había ocurrido en un sueño. Lo contó, como si fuera un sueño, a toda la gente. Entre los oyentes hubo uno que fue a buscar el ciervo escondido y lo encontró. Lo llevó a su casa y dijo a su mujer:
-Un leñador soñó que había matado un ciervo y olvidó dónde lo había escondido y ahora yo lo he encontrado. Ese hombre sí que es un soñador.

-Tú habrás soñado que viste un leñador que había matado un ciervo. ¿Realmente crees que hubo un leñador? Pero como aquí está el ciervo, tu sueño debe ser verdadero -dijo la mujer.

-Aun suponiendo que encontré el ciervo por un sueño -contestó el marido- ¿a qué preocuparse averiguando cuál de los dos soñó?

Aquella noche el leñador volvió a su casa, pensando todavía en el ciervo, y realmente soñó, y en el sueño soñó el lugar donde había ocultado el ciervo y también soñó quién lo había encontrado. Al alba fue a casa del otro y encontró el ciervo. Ambos discutieron y fueron ante un juez, para que resolviera el asunto. El juez le dijo al leñador:

-Realmente mataste un ciervo y creíste que era un sueño. Después soñaste realmente y creíste que era verdad. El otro encontró el ciervo y ahora te lo disputa, pero su mujer piensa que soñó que había encontrado un ciervo que otro había matado. Luego, nadie mató al ciervo. Pero como aquí está el ciervo, lo mejor es que se lo repartan.

El caso llegó a oídos del rey de Cheng y el rey de Cheng dijo:

-¿Y ese juez no estará soñando que reparte un ciervo?

Anónimo Chino

Me hubiera gustado...

La envidio, me gustaría haber sido ella, me gustaría en un mundo paralelo haberte conocido mucho antes, y haberte vivido de esa manera, realmente anhelo encontrar a alguien como tu, pero no tu, porque tu ya tienes dueña, no soy yo, es ella, yo soy tu compañera actual, pero adueñarme de un lugar en tu corazón, de ese lugar especial, es imposible, ese lugar ya lo entregaste hace mucho, no te imaginas como me gustaría encontrar a esa persona constante en mi vida, aquel que me ame a pesar del tiempo, a pesar de la distancia, realmente en algún momento pensé y quise creer que me querías, que eras feliz conmigo, pero sé, después de haberlos visto juntos, que eres feliz a su lado, que sobro en este cuarto, una historia de tres por ahora no me apetece, con el corazón en las manos y el dolor arrugandome el alma, te doy a ti, la libertad, que abras las alas y vueles, si quieres vuelve, yo te estaré esperando, pero si tu corazón te conduce para otro lado, sé feliz y no voltees a mirar, puede que sea muy triste verme recoger los pedazos de mi corazón que han quedado en el piso...

Lola

¿Quién quiere que?

Yo quiero de ti, una llamada, un detalle, un abrazo, un momento inolvidable, exijo de ti el amor que te entrego, solo un beso enfrente de todos, solo una rosa, quizás tal vez una noche llena de amor; mientras tu, solo quieres, silencio sin preguntas, invisibilidad, alguien que entregue la vida por ti, sacrificio a tu nombre, quien se arrodille y te bese los pies, ni una molestia, tu eres quien manda, y quieres que te obedezcan. Así es nuestra relación tu exiges, yo doy, yo quiero y tu, simplemente, me besas y sigues caminando, como si fuera nada, como si lo nuestro se basara en ti, como si yo ya no valiera nada; se chocan nuestros deseos, pues con el tiempo he dejado de darte y tu nunca me has dado, y así, dejamos de hacernos mutuamente felices, ya no vale el pasado, porque ahora estamos insatisfechos juntos, ahora, solo importa quien suelte la cuerda y deje caer esto al piso, probablemente sea yo, o tal vez seas tu, todo depende de ti....

Lola