sábado, 15 de marzo de 2014

Sin título...

El desasosiego del vacío implantado en mi, por tu corazón cruel y vil, no ha dejado de distorsionar mi mente, y las imágenes me entran de una forma poco agradable, la percepción se altero desde el momento en el que el chip del olvido lo intentaste pegar a mi, para poder olvidar tu rostro y que así fuera mas fácil la despedida. No contabas con que tu rostro y tu físico no era lo único que recordaba, porque en mis venas ya fluía el veneno mortífero del amor, que sin quererlo corría a mil por segundo en cada parte de mi cuerpo, por lo que ya no era solo mi mente quien te recordaría; sería mi piel, quien anhelaría tus besos profundos en lugares desconocidos para mi. Sería mi corazón, que con cada roce tuyo se paraba un segundo y volvía a latir, renacía de las cenizas en las que se encontraba cuando estábamos separados. Serían mis labios, que encontraron la pieza faltante que complementaba su forma exacta en los tuyos. Serían mis manos, con las que toqué cada célula de ti, las cuales me impregnaron tu aroma. Serían mis pulmones los cuales a través de suspiros se convirtieron en mi mayor herramienta para expresarte mi amor. Sería mi casa, donde cada lugar fue parte principal en la obra de nuestro amor. Especialmente sería mi arte quien me recordara más a ti, porque cada uno de los personajes que interpreté en la cama para ti fueron llevados al escenario, por su furia y su ansías de deseo, un deseo que en sombras escondido anhelaba tenerte en la sabanas...no tuviste nada de eso en cuenta cuanto intentaste pegar a mi el chip del olvido...

Ahora después de tanto tiempo aunque mi piel, mi corazón, mis labios, mis manos, mis pulmones, mi arte, mi casa te recuerde, te extrañe y anhele vivir una tarde como las pasadas junto a ti, sé que no volverás, pero lo más irónico de la historia es que tu rostro ya no lo tengo grabado en mi memoria, al parecer tu chip funcionó, al parecer hiciste de mi vida un fracaso ausente, porque siempre me preguntaré como eras tu, pero cada parte de mi te evoca como si nunca hubieras salido de mi alma...
Lola

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