lunes, 24 de febrero de 2014

Soneto LXVI

No te quiero sino porque te quiero
y de quererte a no quererte llego
y de esperarte cuando no te espero 
pasa mi corazón del frío al fuego.

Te quiero sólo porque a ti te quiero, 
te odio sin fin, y odiándote te ruego, 
y la medida de mi amor viajero 
es no verte y amarte como un ciego.

Tal vez consumirá la luz de enero, 
su rayo cruel, mi corazón entero, 
robándome la llave del sosiego.

En esta historia sólo yo me muero 
y moriré de amor porque te quiero, 
porque te quiero, amor, a sangre y fuego.

Pablo Neruda

No hay comentarios:

Publicar un comentario