martes, 7 de mayo de 2013

Sin paracaídas..

Tenía en la mente escribir sobre el amor, lo lindo del amor, pero me di cuenta que el amor es nuestra más grande adicción, entendí que no era lindo, era cruel, pues nos ataba a un sueño, mientras este crece en nuestro pecho, y nos infla hasta hacernos flotar, pero el problema surge cuando al objeto de nuestro amor no se le fue atado el mismo sueño. Del amor nadie sale salvo, no es como en los negocios de gana y gana, siempre alguien pierde, es como cuando dos personas se lanzan al vacío, pero solo con un paracaídas, en la travesía alguien cae y alguien logra salir ileso, o sin tanto dolor como aquel que del sueño cayó. Y si esperas querer o amar al menos una vez en tu vida, no morirás sin conocer el triste sentimiento de decepción, ese desasosiego que se siente al no haber visto todas las señales de un camino truncado, de una historia sin final feliz, de tu propia ruina. Puede que mañana también cambie de parecer, las percepciones de la realidad son volátiles  iguales a las situaciones que atravesamos, por eso, por más que me hayan roto, me hayan arrastrado a un abismo y me haya sentido desfallecer, siempre mantendré en alto el nombre del amor, es que de todas las adicciones es la que más se disfruta, es aquel sentimiento, aquel estado que nos colorea el mundo y nos ennegrece la vista, nos enceguece, y es el único dolor al que todos con felicidad nos aproximamos, como ese golpe que todos esperamos que nos arroye y nos dé el mayor de los placeres, haciendo oídos sordos a las consecuencias de desnudar tu alma a alguien, de quien nunca tendrás certeza de sus sentimientos, los cuales como los tuyos también cambian, y se transforman; puede que sin verlo el amor que te profesaban se convierta en odio, en aburrimiento en otra cosa menos en lo que era, y es ahí cuando a pesar de todos los golpes que recibas, debes entender que el juego del amor, es incierto, sin reglas definidas, sin parámetros ni límites, sólo tendrás la certeza que alguien en el mundo debe sentirse igual a ti, que la vida aún continúa y aún tienes tiempo de amar.

Lola

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