miércoles, 15 de enero de 2014

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Me he encontrado recorriendo los lugares testigos de tanto cariño, y se que mi subconsciente te busca en medio del bullicio de esta ciudad, en cualquier parte volteo a mirar y espero encontrar tu mirada, esa que me derretía, espero encontrarte en cualquier parte para abrazarte de la nada y besarte sin haberte yo buscado. Me he encontrado recorriendo los lugares donde espero encontrarte de manera casual, estoy deseando que el destino nos vuelva a unir.

Me siento mal. Siento un gran vacío en mi vida. No se si es tu ausencia o si es el exceso de mi vida. Esta mierda de vida que tengo, y aún así me levanto en las mañanas con la esperanza de que todo salga mejor de lo que salió, de volver al pasado y encontrarte mirándome perplejo.

Maldito sea el momento en el que te conocí. Maldito el momento en que me enamoré de ti. Maldito seas. Te amo tanto, que aunque mis vísceras me griten odiarte no lo logró hacer.

Y te pienso mucho, aún te pienso constantemente me pregunto que nos unió por tanto tiempo, desde el principio ambos sabíamos que éramos muy diferentes, que no tenía sentido seguir. Quizás fue la terquedad, o la costumbre. Ahora porque nos separamos, pienso mucho. Demasiado, para todo el tiempo que ha pasado, debería dejar de pensarte, y seguir. Aunque se que no volveremos, me gustaría sentarme contigo a y hablar del pasado pero eso no vale, ya lo que fue, fue. Sólo tu me podrías responder las incógnitas que tengo, pero se que no lo harás.

Anoche te vi en mis sueños. Anoche te veía correr, jugar, reírte de esa manera que a mi me encanta. Anoche en mis sueños con alguien yo hablaba de ti, de lo mucho que te quise, de esa manera loca que tenías de enloquecerme y hacerme tan feliz. Hablaba de ti con la seguridad de que eras mío, pero  con la tristeza de haberte perdido. Si, te soñé, y fui más feliz de lo que lo he sido en estos últimos meses. Me desprendí de la realidad y era como antes, como cuando éramos uno sólo, cuando aún mi corazón estaba completo.

Descubrí que soy de las mujeres que aman demasiado. Y toda mi vida ha sido una ilusión. Hasta aquello de lo que yo tanto me sentía orgullosa. Ya no se si lo quise. O si el represento para mi todo aquello a lo que no me atrevía enfrentar. Ya nada se. Acaso en algún momento lo ame de verdad o fue sencillamente otra herramienta más de mi mente para mantenerme tranquila. El no es el culpable. Soy yo, quien se empeño en sacarlo de ese hoyo negro, dándole amor, para así recibir el amor que me han negado. Mientras el más me rechazaba, yo más lo amaba, buscando así ganarme ese cariño que tanto me mezquinaba.

Quizás mas que nunca necesite de su abrazo, y que me recuerde que lo que vivimos, no fue una ilusión, que si lo ame, que si lo bese, que finalmente, en medio de todo, su presencia me hacia bien...

Lola

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