miércoles, 29 de enero de 2014

Nota 11. A mis amigas solteras

Entre más pasa el tiempo, más me doy cuenta que eso de encontrar al one, al amor de la vida, a la media naranja, al alma gemela, o como sea que sea que se llame, es más difícil. Y no es difícil por culpa del destino que no encuentra el momento indicado para ponernos en la misma calle, el mismo trabajo o la misma fiesta con el hombre soñado, no; tampoco es por culpa de nosotras, que somos sensibles, que somos exigentes, que queremos al mejor de los mejores, que ninguno nos hace sentir completas, que si será que somos feas o será que tenemos mala suerte, que si San Antonio de Cabeza, que si me pinto el pelo o me subo en unos tacones, de nuevo no. Yo estoy a punto de publicar en un libro científico mi nueva teoría, que trata sobre la inestabilidad emocional de estos nuevos hombres que nos tocaron, una generación de ‘sentimentaloides’ que no saben qué quieren con sus vidas, que no están seguros de si quieren estar con nosotras, que si no consigo trabajo, que no puedo con esta carga, que soy muy poquito para ti, que qué tal te haga daño, que no tengo tiempo, que no estoy seguro, que si me gusta la otra, que ella es el amor de mi vida pero me da miedo…Y sí, estamos completamente rodeadas de hombres inseguros, inestables y absolutamente incapaces de asumir un compromiso. Resultamos ahora siendo nosotras las que llevamos las riendas de las relaciones, las que tenemos que agregar a facebook, sacar a bailar, invitar a tomar un café, hablar y sacarles las palabras a las malas. Y estoy por pensar que o ellos son unas ‘güevas’ o nosotras unas pendejas que nos creemos ese cuentico de que son unos ‘sentimentaloides’ y resulta siendo todo una farsa para dejarnos a nosotras todo el trabajo y salir ellos siempre bien librados, como los pobrecitos que no fueron capaces de asumir una relación.

Igual sea lo uno o lo otro hay algo de lo que estoy completamente segura, a nosotras no nos gusta tener a un niño mimado e inseguro al lado, no, a nosotras solo nos llenan ese tipo de hombres que son capaces de ser eso, HOMBRES, que pueden hacernos sentir las ‘reinas’ del lugar, esos que hacen que prácticamente levitemos cada vez que nos llevan de la mano, o esos que al tenernos entre sus brazos nos hacen sentir que no hay nada malo que pueda pasar, esos que no se aculillan por cualquier pendejada, esos que tienen las ‘güevas’ para decirnos en la cara lo que sienten, esos, de los que ya no hay o que están muy escondidos.

Susana y Elvira

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