domingo, 20 de abril de 2014

La muerte

Toda la vida he pensado en la muerte. Es como parte de mi. Aun en los momentos mas felices, siento que la muerte está a mi lado, a la espera de mi alma. No le temo, no le temo a mi muerte, finalmente, ya no sentiré mas. Blasfemaría si dijera que la muerte me es indiferente, mi mayor temor es la muerte de un ser querido. Con valor y esperanza me gustaría decir, quiero vivir, quiero ser feliz, cuando en mi mente solo pasa el momento de mi fin. Cuando mas desesperada me encuentro, lo deseo, ese golpe de muerte, ese puñal en la espalda; aunque una parte de mi, la conciencia o el corazón, que sé yo, me dice, aún no, no es tu momento. Sé muy bien, que es un secreto, el que debo guardar. Sé muy bien que no debo decir nada a nadie. Quien entendería que todos los días de mi vida, me levanto pensando en si es el día. El momento de descansar. No se si es mi misión en el mundo, pero algo me dice, que mi muerte cambiará todo, es como mi huella en el mundo. Una muerte planeada y prematura. Todos dirán que me faltaba aún vida para morir tan joven; lo que ellos no saben es que ya viví lo suficiente, es que mi vida era la muerte. No hay razón, no hay vida, no hay muerte, sin llanto, sin sonrisas. Alguien se alegrará de mi partida, algunos sufrirán, otros estarán en shock, pero solo yo, desde el mas allá, sabré que era lo correcto, sabré que le quite un peso de encima a mis allegados. Solo he sido un problema, mejor es cerrar los ojos, con las manos entrelazadas en el pecho, una sonrisa fingida, y en un ataúd. 
Aún no se como será, si sera un accidente, un infarto, un suicidio, solo se que pasara, en menos de 10 años saludare a mi padre con un fuerte abrazo, alzaré a Miguel ángel, y me sentaré a hablar con mi abuela, quien quizás no con la mejor actitud, me besara y entenderá porque no fui la mejor persona que pude ser. De alguna manera, en algún momento llegará el día de mi juicio, y seré condenada, pero espero de todo corazón que en mi velorio no corran lágrimas falsas, ni llantos blasfemos. Solo quiero que aún con mis parpados cerrados, te acerques a mi con una rosa amarilla, y veas que hasta el último día de mi vida, y en la eternidad de mi muerte, habré deseado haber muerto a tu lado. Nunca existirá nadie más en tu vida, que haya anhelado tu llegada más que yo y nadie te amará como lo hice yo. Mi muerte la proclamaré como una muerte eterna desde el momento de mi nacimiento. Y ahí yacerá la mujer que ningún día habrás conocido.

Lola

1 comentario:

  1. todos saben que rió,
    todos saben que mastico,
    pero no saben que mi aire es tísico,
    y que el verbo de mis palabras chirrían...
    todos saben que vivo,
    pero no saben la causa de mi ensayada vida,
    y que mi gemelo cautivo corazón llora,
    como llora lola mi bien amada amiga :_( ...

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